martes, 30 de agosto de 2011

Como Canta una ciudad de Noviembre a Noviembre


"Como canta una ciudad de Noviembre a Noviembre" 
de Federico García Lorca

Nosotros no vamos a llevar nuestros ojos en la visita

Cuatro actrices españolas recuperan el texto que García Lorca escribió y presentó en 1933 en Buenos aires. En él, retrata en la distancia a su querida Granada con sus palabras y canciones. Rescata las huellas imborrables que su tierra dejaron impresas en su alma. Un recorrido hacia el amor y la nostalgia de lo vivido.   


"Yo sé que existe una nostalgia de la Argentina 
de la cual no me veré libre y de la cual no quiero 
librarme porque será buena y fecunda  para mi espíritu" 
Federico García Lorca
Buenos Aires, 18 de Marzo de 1934

martes, 23 de agosto de 2011

Hasta los huesos de García Lorca desafían las convenciones sociales

El legado del poeta andaluz hace sombra a la diatriba política sobre su muerte, ocurrida en 1936.
Por Michelle Roche Rodríguez

Los homenajes a Federico García Lorca cuando se conmemoran 75 años de su asesinato no han faltado. Esta semana lo nombraron Hijo Predilecto de Andalucía y poetas de diversas regiones de España repitieron sus coplas en el Parque de Alfacar, donde se cree fue fusilado. Además, su obra lírica y dramática se representa en escenarios de su país natal y del mundo.

Su recuerdo está teñido con la melancolía del cante jondo, pues se celebra su obra pero aún no se sabe el lugar exacto donde yacen los restos del poeta ni tan siquiera qué ocurrió en los últimos minutos de su vida. La opinión pública española está dividida entre buscar sus huesos o dejarlo descansar en paz.

Los familiares del autor han dicho que no desean que se siga una investigación, pues temen que la prensa y los políticos tergiversen lo que para ellos es dolor. "No queremos que se convierta en espectáculo. No quiero ni imaginar lo que sería que los huesos y la calavera de Federico García Lorca acabaran en Youtube", le dijo al periodista estadounidense Jon Lee Anderson Laura García Lorca, presidenta de la fundación que lleva el nombre de su tío. El investigador reproduce esta declaración en el reportaje "Cartas desde Andalucía: la tumba de Lorca", incluido en la publicación El dictador, los demonios y otras crónicas (Anagrama, 2009).

Otro libro, Lorca, el último paseo (Almed, 2009) del investigador Gabriel Pozo pone en entredicho las averiguaciones de los dos biógrafos más célebres de García Lorca, el irlandés Ian Gibson (La represión nacionalista de Granada en 1936 y la muerte de Federico García Lorca, 1971) y el español Agustín Penón.

Pozo deslegitima el testimonio de Manuel Castilla, el presunto enterrador del poeta, que según la nueva versión nunca estuvo cerca de su cuerpo exánime. Y las nombradas son apenas algunas obras de la profusa bibliografía que intenta desenmarañar los últimos momentos del escritor. Lo más interesante del trabajo de Pozo es que presenta información sobre la detención de García Lorca que antes se desconocía. Por ejemplo, señala que ésta se realizó con un despliegue de hombres armados, que se apostaron en el techo de la casa de Los Rosales donde se encontraba el autor. También especifica que no esposaron al reo, porque éste no se resistió al arresto.

La obra.

El poeta acababa de cumplir 38 años de edad el 5 de junio de 1936. Dieciocho años antes había publicado, con ayuda de su padre, su primera obra, Impresiones y paisajes, que luego reeditó como Libro de poemas (1921).

"Me considero todavía un auténtico novel. Estoy aprendiendo a manejarme en mi oficio (...) Hay que ascender por peldaños (...) Lo contrario es pedir a mi naturaleza y a mi desarrollo espiritual y mental lo que ningún autor da hasta mucho más tarde", escribió en una carta fechada unos días antes de ser apresado.

El 18 de agosto de 1936, cuando lo fusilaron, apenas terminaba La casa de Bernarda Alba, pieza central de su dramaturgia que retrata la España negra a través de sus mujeres. Pero lo que lo condenó quizá no fueron sus declaraciones a la prensa sobre la pobreza en su país ni su amistad con los socialistas, sino uno de sus poemarios más sólidos, que publicó en 1935, en el que lamentaba la muerte de su amante, un torero.

"Que no hay cáliz que la contenga,/ que no hay golondrinas que se la beban,/ no hay escarcha de luz que la enfríe, no hay canto ni diluvio de azucenas,/ no hay cristal que la cubra de plata", escribió en "La sangre derramada", uno de los cuatro textos de Llanto por Ignacio Sánchez Mejías, una obra que más que sacarlo del clóset lo consagró como uno de los poetas cruciales de la tradición castellana. Por desgracia, esa declaración de amor a otro hombre en la conservadora Granada lo convirtió en una de las primeras víctimas de la Guerra Civil española.

La muerte.

El libro de Pozo incluye documentos y declaraciones inéditas de Ramón Ruiz Alonso. El tipógrafo franquista responsable de la detención y del fusilamiento del poeta confesó a su hija detalles de sus últimas horas en una carta que, por orden suya, se mantuvo en secreto hasta después de su fallecimiento, ocurrido en 2007.

Pozo explica que el teniente Gonzalo Queipo de Llano ordenó que le dieran un susto a Lorca para que confesara lo que sabía de Fernando de los Ríos, una destacada figura del pensamiento socialista español, amigo y profesor suyo en la Universidad de Granada.

Más tarde, el susto se convirtió en ejecución, como consecuencia de una lucha de poder en el seno de la Confederación Española de Derechas Autónomas.

El 18 de diciembre de 2009 el diario El País de España publicó que Ruiz Alonso recibió en 1939 una perturbadora llamada telefónica de Francisco Franco, que estaba molesto por la presión internacional que había para que se aclararan las circunstancias del asesinato del autor. Desde entonces no habló del tema. Desapareció incluso la denuncia firmada por el mismo Ruiz Alonso, en la que figuraban los cargos que se le imputaban al poeta: "Ser espía de los rusos, estar en contacto con estos por radio, haber sido secretario de Fernando de los Ríos y ser homosexual".

Los papeles se los lleva el viento, pero la literatura queda. El legado del granadino es más grande que la banal política y la discusión alrededor del paradero de sus restos, 75 años después de su muerte, es apenas una prueba más de su trascendencia.
Lorca sigue en nosotros, más vivo que nunca, con más razón y sueños que nunca.
Carmen.

jueves, 11 de agosto de 2011

Familiares de fusilados pedirán retomar la búsqueda de la fosa de García Lorca.

Los nuevos estudios apuntan a las investigaciones del falangista Molina Fajardo
FERNANDO VALVERDE Granada 10 AGOSTO 2011

Desde que hace dos años concluyeran los trabajos de excavación en busca de la fosa de García Lorca el silencio parecía haberse instalado sobre el paraje de forma irremediable. Sólo el ruido de las construcciones, que asedia el lugar con chalets y piscinas, aleteraban una calma parecida a la de los cementerios. Los nuevos datos aportados por el historiador Miguel Caballero y el arqueólogo Javier Navarro Chueca han hecho que las conjeturas vuelvan a centrar la atención en la tristemente famosa carretera, uno de los mayores símbolos de la represión durante la Guerra Civil.
A lo largo de su poco más de un kilómetro se encuentra la fosa en la que fueron enterrados el poeta Federico García Lorca, dos banderilleros anarquistas, Francisco Galadí y Joaquín Arcollas; y un maestro republicano, Dióscoro Galindo. La nieta de este último aseguró ayer que va a pedir que se revise toda la nueva documentación y que se "retome la búsqueda" de la fosa en la que reposan los restos de su abuelo.
"No debería ser un trámite demasiado complejo. Se suponía que la Junta de Andalucía iba a hacer un nuevo estudio para continuar la búsqueda. A eso fue a lo que se comprometieron, a hacerlo bien, de forma estructurada, no de la manera en que se hizo", explicó García, que se siente amparada por la Ley de Memoria Histórica. "Existe una legislación al respecto y vamos a pedirle a la administración que la cumpla. Este nuevo informe corrobora lo que ya sabíamos, que nadie aseguraba que estuviese la fosa junto a aquel olivo, que se acotó una zona demasiado pequeña sin ningún tipo de estudio ni nada", sentenció.
También Francisco Galadí, hijo de uno de los banderilleros, reiteró su intención de dar con los restos de su padre. "Estoy al tanto de las nuevas investigaciones", explicó sin querer hacer ninguna valoración personal pero esperanzado en que puedan servir para reiniciar la búsqueda.
Por su parte, la Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica, que ha sido duramente criticada por su gestión de la búsqueda en el informe elaborado por Caballero y Navarro, respondió ayer a través de su portavoz, Francisco Vigueras, que los trabajos "no se han cerrado" y que su intención es "estudiar la nueva documentación y solicitar a la Junta de Andalucía los permisos para poder abrir otra de las posibles ubicaciones".
De las cuatro posibles ubicaciones de la fosa, la AGRMH se decantó por una, la defendida por Ian Gibson en sus investigaciones, cuyo eje central fueron las declaraciones de Manolillo el Comunista, un joven que aseguraba haber enterrado a Lorca con sus propias manos. Las otras tres zonas habían sido defendidas por otros historiadores como Eduardo Molina Fajardo, Claude Couffon (el primero en realizar un trabajo de campo en el lugar) y Agustín Penón.
Los datos del estudio realizado por Caballero y Navarro ubican la fosa en el mismo lugar que lo hizo Eduardo Molina Fajardo, un periodista granadino cercano a la falange que por su ideología tuvo la posibilidad de hablar con algunos de los protagonistas de aquellos días, entre los que se encontraba el capitán Nestares, que estuvo al mando del frente Norte y por tanto era quien daba las órdenes de todo lo que ocurría esos días entre Víznar y Alfacar. Nestares, en dos ocasiones distintas, le dibujó un mapa a Molina Fajardo en el que señalaba con una equis el lugar exacto en el que se encontraba la fosa de Lorca. En ese lugar es en el que ahora se han encontrado indicios geológicos y antropológicos por el hundimiento del terreno y la colocación de unas piedras pesadas, que conforman un rectángulo de manera intencionada, como en muchas otras fosas de la Guerra Civil española. "El estudio de Molina Fajardo no fue tenido en cuenta porque era un falangista. Precisamente por eso, porque era un falangista apasionado por Lorca, fue el único que obtuvo la información veraz", sentencia Miguel Caballero.


lunes, 8 de agosto de 2011

ENTREVISTA: 75 AÑOS DE LA MUERTE DE LORCA. LAURA GARCÍA LORCA

ENTREVISTA: 75 AÑOS DE LA MUERTE DE LORCA. LAURA GARCÍA LORCA

"Las exhumaciones ejemplares son un disparate"

JESÚS RUIZ MANTILLA 06/08/2011

Mientras en el mundo el poeta granadino no suscita más que admiración, en España sigue la polémica sobre el destino de sus restos y la protección de la memoria histórica
Con un año movido debido a la falta de acuerdos para el remate del Centro Federico García Lorca en Granada, Laura, la sobrina del poeta y presidenta de la fundación que lleva su nombre, se marcha de vacaciones satisfecha por un arreglo final. El Gobierno central, que en un principio se negó a dar más fondos, ha decidido suscribir un crédito conjunto con el Ayuntamiento de Granada, la Diputación provincial y la Junta de Andalucía para rematar todo por un valor final de 6,5 millones de euros. Tras la inauguración, prevista para marzo de 2012, el centro García Lorca se dedicará al diálogo constante con las artes en torno a la figura del poeta y tratará de cerrar las heridas que aún despierta su figura en la propia ciudad después de años de polémicas en torno a su exhumación o, según confiesa la propia Laura, algunos signos inquietantes vivos por lo sucedido hace 75 años en la ciudad, el 19 de agosto de 1936. La familia García Lorca mantiene su deseo de no recuperar los restos. "Las exhumaciones ejemplares nos parecen un disparate".
A FONDO
Nacimiento:
05-06-1898
Lugar:
Fuente Vaqueros
"Para nosotros es anecdótico dónde se encuentra. Siempre hemos dicho que lo dejaríamos donde esté"
PREGUNTA. Por fin las autoridades han llegado a un arreglo para abrir el centro García Lorca en Granada. ¿A qué se debió el parón? ¿Alguien lo ha explicado? ¿Qué pasaba?
RESPUESTA. No lo sabemos. Pero lo cierto es que el acuerdo alcanzado se podía haber logrado antes. Ahora se ha firmado uno entre el Ministerio de Cultura, la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento y, ahí está la novedad, la Diputación de Granada. Se han puesto de acuerdo para la financiación total de la construcción del edificio.
P. ¿Y dentro de eso queda dinero para la programación?
R. Se han podido conseguir otras ayudas europeas para programación. Lo que estaba montado y cerrado para este año hubo que cancelarlo casi al completo. Mantenemos la fecha con la Biblioteca Pública de Nueva York para la exposición en 2013. Tenemos que rehacer el programa, llevará un tiempo. Algunas cosas ya se han perdido.
P. ¿Por qué es necesario un centro García Lorca hoy?
R. La labor más importante ya está hecha. Lo fundamental: reunir, conservar, estudiar y difundir su obra. Eso es lo que ha estado en nuestras manos y la fundación ha llevado a cabo esa labor desde que la creara mi tía Isabel en 1984. Los demás proyectos han ido surgiendo a partir de esa labor. Cuando abrimos la casa museo de la Huerta de San Vicente, en 1995, veíamos una necesidad clara de hacer muchas más actividades en torno a su figura. La obra de Lorca despierta un diálogo constante con artistas de todas las disciplinas.
P. Él fue poeta, dibujante y músico. Un artista redondo.
R. Todo eso a la hora de poner de relieve su relación viva con el público y los expertos pide un cierto espacio. Cuando invitamos a gente nadie se niega a colaborar. Él necesita excelencia. Ningún escritor o artista se ha negado a aceptar una invitación a su casa: desde Derek Walcott a Bob Dylan, Enzensberger o Lou Reed... Esa disposición es un tesoro que no se debe desaprovechar. Es lógico atender a la figura del Federico García Lorca vivo en su tiempo por su inspiración real y constante con relación a otros nacidos después.
P. He ahí la leyenda. La tragedia. Lo que ocurrió
... ¿Qué cree que influye más a la hora de que el nombre de Lorca concite tanto aprecio? ¿Su altura artística o su destino?
R. Es muy difícil separar todas esas cuestiones. Como no se deben separar las causas de su asesinato. Cuando se dice que fue un crimen por rencillas familiares, resulta absurdo. Se le mata brutalmente por su postura política, por su identificación con la República y su claridad a la hora de expresarlo.
P. Además de ser un claro escarmiento, según lo que vino después.
R. No lo sé, eso no lo tengo tan claro.
P. Entre otras muchas razones, se me ocurre. Porque, ¿quién nos manda a nosotros ponernos en la mente de los asesinos?
R. Las dos principales, para mí, fueron la política y su condición de homosexual. Aparte del hecho de venir de una familia acomodada, que tenía muchos enemigos y su fama.
P. Envidia, además. La brillantez se paga cara.
R. Eso también. El aprecio que por otra parte despertaba a algunos resultaba difícil de asumir por otros. Era una persona de un enorme atractivo.
P. Lo contaba Aleixandre. Cuando Federico se iba de una fiesta, se acababa.
R. Así es, y sabemos que eso produce muchas reservas. Su encanto no era corriente.
P. Imagino que, en la familia, vislumbrar las causas reales sigue siendo difícil. Y que siempre, al final, habrá un por qué sin respuesta.
R. Cierto. Más cuando las conclusiones que algunos sacan no son más que reducciones.
P. ¿Qué han aprendido del episodio del desenterramiento? ¿En qué ha quedado?
R. En nada. Lo triste es que se ha perdido el interés en las exhumaciones en ese lugar. Es bastante preocupante porque resulta un signo de cómo se plantea la memoria histórica. El lugar donde se encuentran todos esos muertos sigue sin protegerse, sigue sin un recuerdo de los nombres de las víctimas.
P. ¿Se refiere a los otros tres que supuestamente están enterrados con su tío?
R. No. A todos, a los miles de víctimas que hay en los alrededores del barranco de Víznar.
P. Entonces, desde ese punto de vista, ¿podría ser conveniente su exhumación? ¿Aunque solo fuera porque tirando del símbolo se respetara y protegiera el lugar?
R. Las exhumaciones deben responder al deseo de los familiares. Que los familiares tengan esa posibilidad me parece fundamental. Esa ley existe y es muy importante que se aplique y que cada familia haga lo que considere oportuno. Ahora, realizar exhumaciones ejemplares me parece un disparate. ¿De qué estamos hablando? ¿Para conocer la represión franquista y lo que ocurrió en la guerra resulta fundamental sacar los restos de García Lorca? Eso es una aberración, de ninguna manera. No estamos hablando de las reliquias de un santo.
P. Bueno, casi. Un santo laico.
R. El laicismo pasa por otras cuestiones, no por las reliquias.
P. No lo sé, en este caso. Se mezclan muchas cosas raras.
R. Bueno, hay quien quiere hacerlo.
P. ¿Lo que ha ocurrido en torno a sus restos no ha respondido un poco a eso? ¿A un extraño paralelismo con cierta santidad?
R. Ahí ha entrado la especulación mediática.
P. Y política.
R. Bueno, puede ser. Pero volvemos al reduccionismo. Decir que exhumar su cuerpo es una postura de izquierdas y no hacerlo es conservador, no se debe admitir. ¿Acaso no querer exhumarlo significa que queremos olvidar, tapar, no remover? No es eso, y lo hemos dicho muy claramente.
P. ¿Qué se debe hacer en ese lugar entonces?
R. Protegerlo. Aquello es un cementerio, que no se pueda especular ni intervenir en esos terrenos. Deben colocar una placa o una piedra con los nombres de quienes se sabe que están. El hecho de que Federico García Lorca cuente entre todas esas víctimas, no señalado, singularizado, es la forma de que se recuerde al resto.
P. El problema es que hay que contar con que alguna de las otras familias de las víctimas que reposan en la fosa desean la exhumación.
R. Solo una parte de la familia de Galindo la ha pedido.
P. En el caso de que se abriera y se encontrara la fosa, ¿qué harían ustedes?
R. Es muy difícil saber si eso va a suceder. Esos testimonios eran muy dudosos, había pasado muchísimo tiempo. En el momento en que se plantan nuevos árboles es muy complicado recordar el lugar. Orientarse. Pero siempre hemos dicho que lo dejaríamos donde esté.
P. Lo que queda claro es que la investigación debe replantearse.
R. Bueno, por supuesto. Pero lo que no se puede replantear es dónde están los restos porque ahora sí que no queda nadie vivo que lo pueda recordar.
P. Con los testimonios del pasado. ¿Qué interés tienen ustedes en ubicar el lugar exacto?
R. No tenemos ninguno. Para nosotros es anecdótico. Damos ese cementerio, con cientos de víctimas, por bueno. Para nosotros hay una cuestión de falta de respeto.
P. ¿Hacia quién?
R. Hacia el muerto. Especular con los restos de quien no puede opinar sobre el asunto me parece irrespetuoso, más en este caso, con esta atención morbosa. Ningún familiar desearía algo así para los suyos. La exhibición de restos de alguien muerto en circunstancias violentas, el hecho de hurgar en eso, no nos parece bien.
P. ¿Ser un Lorca sigue siendo un estigma en algunos círculos de Granada?
R. No, aunque muy pocas veces sí he sentido cierta hostilidad, sobre todo cuando llegué a España, en los años noventa. No es frecuente, afortunadamente. Pero de vez en cuando me he encontrado con alguna mirada.
P. ¿Cómo sienta eso?
R. Sigue habiendo una parte de la sociedad sumamente conservadora. La España de hoy no es la misma del 36, pero quedan recalcitrantes.
P. Me asombra lo que me cuenta. ¿Cómo es posible?
R. No sé. Insisto en que es lo más raro, pero impresiona cuando lo más común en el mundo entero y en Granada es todo lo contrario. Encuentras simpatía, admiración, afecto, eso es lo que evoca mi tío.
P. Para aleccionador, la relación que mantuvo usted con Emma Penella, una de las hijas de Ruiz Alonso, el hombre que ha pasado a la historia por ser el alentador del asesinato.
R. Cada vez que nos encontrábamos, llorábamos. El primer contacto fue cuando representé La zapatera prodigiosa, que había dirigido Alfredo Mañas. El día del debut encontré el camerino lleno de rosas rojas y una nota: "Con el cariño de Emma Penella". No nos conocíamos, pero yo sabía quién era. Me impresionó muchísimo.
P. Sobran las palabras en ciertos casos, ¿no?
R. Efectivamente.
P. Porque ellas han sentido el estigma contrario.
R. Horroroso, no se lo deseo a nadie. Tiene que haber sido terrible. Pero lo han llevado con muchísima dignidad. Quien se haya atrevido a señalarlas no tiene perdón. Y lo han hecho.
P. ¿Cuándo fue la primera vez que tuvo conciencia de quién era su tío?
R. Había aprendido a leer hacía poco. Tendría 6 o 7 años. Mis padres estaban montando Don Perlimplín... en la Universidad de Columbia. Ensayaban por las tardes y nos llevaban, recuerdo estar sola en el patio de butacas y oír este poema: "Amor, amor, que estoy herido, herido de amor huido, herido, muerto de amor...". Me pareció una maravilla. Cuando salimos le pregunté a mi padre que dónde podía leer eso. Llegamos a casa y cogió las obras completas de Aguilar. Me abrió la página por el poema y me dijo: "Es de tu tío Federico...". Recuerdo que su cara era alegre, le hizo gracia que una niña pequeña se diera cuenta de la calidad. Es lo que pasa con los grandes. Lo nota hasta un niño.
P. Es que Federico tenía algo de mozartiano.
R. Cierto, cuando eres niño lo comprendes en una dimensión y, a medida que creces, cambia a otras. Eso debe ser el genio, ¿no?